Acupuntura y tratamiento antitabaco


Por lo que acude el paciente.

Quiere desconectar del tabaco.blur-1853565_960_720
Problemas en el aparato respiratorio.
Temor a tener cáncer.
Afecta a la economía familiar.
No puede subir escaleras.
Cansancio aún estando sentado.
La pareja aborrece el olor a tabaco.
Perjudica a los hijos y es un mal ejemplo.
Todo esto y un largo etcétera.

Primera consulta

Hay que dejar hablar al paciente.
Hacer preguntas concretas sobre los temas no mencionados por él.
Reconocimiento completo de los pulsos distales.
Palpación de zonas concretas en el tronco.
Color de la tez y de la piel de todo el cuerpo.
Si ya ha acudido a otras consultas de acupuntura.
Si prefiere tratamiento con agujas, con otras herramientas menos invasivas o combinadas entre ellas.

Tratar al paciente de todo aquello relacionado con la consulta principal. Además reequilibrar las disfunciones energéticas halladas.

Ayudas

Apoyo en el tratamiento con puntos hallados sensibles en el pabellón auricular, con agujas y volitas de implantación semipermanente. La estimulación de estos puntos provocan en el paciente sensaciones de relajación, disminuyendo la ansiedad provocada por la menor cantidad de pitillos fumados o por el cese absoluto de ellos.

Tratamiento al final de la consultas

Se estimulan, con los cantos de las uñas, puntos de acupuntura alrededor de los ojos y de la nariz. Con ello se consigue un lagrimeo suave. Después el paciente se suena la nariz. Esto permite una mayor sensibilidad en la captación de los olores.

A continuación se enciende un pitillo, de la misma marca que la del paciente, acercando la llama a la punta, sin ponerlo en boca. Tarda algo más en encenderse.

Se hace respirar profundamente, unas tres veces al paciente. El terapeuta, manteniendo el pitillo encendido a la altura del centro del pecho con una mano, ve como el humo asciende poco a poco. Con la otra formando una semiesfera la acopla en la nariz, consigue así retener humo a la altura de la concavidad de la mano. El paciente tiene que estar unos segundos sin respirar. Cuando se ha conseguido una pequeña cantidad de humo, en la concavidad de la mano,se dice al paciente que respire lentamente por la nariz.

La sensación que percibe es tan desagradable, que no aguanta volver a repetir otra aspiración. Tose, se congestiona, nota angustia y ahogo.

Una vez repuesto de este estímulo tan aborrecible, volvemos a la carga . Colocamos la mano en el labio superior, manteniéndola con la concavidad hacia abajo. Dejamos que se acumule un poco de humo, decimos al paciente que entreabra un poco los labios y respire lentamente por la boca. La impresión que recibe el paciente es tan fuerte, repugnante y vomitiva, que no puede tolerarla y tose de forma agobiante. Se congestiona y le cuesta recuperar el aliento

Si el paciente puede tolerar una o dos inspiraciones más por la nariz o por la boca, la sesión será más efectiva.

Este tratamiento provoca aversión al humo del tabaco. Al mismo tiempo, la nicotina del poco humo que inspira y llega a los pulmones, calma un poco la abstinencia.

Según pacientes, la aparición de tener ganas de fumar, puede aparecer más o menos entre la media hora y las dos horas,

Siempre que esto ocurra, el paciente en casa o en lugar donde se encuentre, si es posible debe de volver a estimular los puntos en ojos y nariz que más sensibilidad le provoque. Una vez note la sensación de un poco de lagrimeo en los ojos, debe de sonarse, no encender el pitillo desde la boca, iniciar la introducción del humo a los pulmones, haciendo la inspiración por nariz y por boca. Es decir, lo más parecido al tratamiento realizado por el terapeuta en la consulta.

La repetición de esta maniobra, al tiempo que va disminuyendo la adicción a la nicotina, en el cerebro se van aculando memorias cada vez más desagradables sobre el tabaco.

Se va consiguiendo más y más repugnancia hacia el tabaco. En pocos días se aprecia la disminución de la cantidad de pitillos que encendemos.

cigarette-2265950_960_720La media oscila entre los seis y diez días, para abandonar la adicción al tabaco, desde el inicio del tratamiento. No obstante hay que tener precaución. Si queremos dejar de fumar en una sola sesión, nunca debemos encender un pitillo desde la boca, darle una calada y hacerla llegar hasta los pulmones, ya que habremos perdido todo lo adelantado hasta entonces. Y a volver a empezar.

Acerca de Joaquín Antonio del Cerro Gabarró

Profesor de Acupuntura. Profesor de Terapias Naturales del Colegio de Enfermería de Alicante. Profesor de acupuntura y auriculoterapia del Colegio de Enfermería de Palma de Mallorca (IB). Socio de honor de ADEATA (Asociación de enfermería de Alicante en terapias alternativas).
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