
Localización del pulso distal del MC
Dependiendo la cantidad de sangre que solicite una cadena muscular, para realizar las órdenes que recibe desde el cerebro, el sistema nervioso envía el volumen necesario de sangre, para realizar los movimientos solicitados.
Si tomamos el pulso de una arteria, que está constantemente aportando sangre a una cadena muscular, lo encontraremos pleno y tenso, un poco más superficial que si apoyamos la yema del dedo en otra arteria menos irrigada de sangre y de una luz similar.
Si tomamos el pulso de la arteria cubital, en zona próxima a la muñeca, momentos después de haberse fracturado el cúbito y lo tomamos al cabo de treinta días, tras haberse consolidado el callo óseo, se puede comprobar como el pulso ha modificado su tono. Si apoyamos la yema del dedo en el mismo sitio que antes, éste se apreciará más profundo, más débil, menos tenso y aparentemente con menos frecuencia.
Todo el cambio observado es consecuencia de la falta de actividad de las cadenas musculares de nuestro brazo. Al no haber movimiento hay menos riego sanguíneo.
La manera más adecuada y fiable para tomar el pulso distal, se consigue presionando lenta y muy sutilmente la yema del dedo contra la piel, hasta encontrar el primer tono del pulso. Continuamos presionando hasta que desaparezca el pulso. Retiramos poco a poco la presión y alcanzamos otra vez la piel. Esto se repite dos, tres, cuatro veces, o más, hasta que tengamos retenida en memoria la luz arterial.
Volvemos a presionar la arteria y detenemos la presión a la mitad de su luz y dejamos transcurrir entre ocho o diez pulsaciones. A partir de ese momento es cuando mejor se puede apreciar los parámetros que vamos buscando: pleno, vacío, fuerza, tono, superficial, profundo, amplitud de onda, frecuencia… Y también los relacionados con los agentes climáticos: tenso, deslizante, rápido, lento, armónico. Con paciencia se consigue apreciar dos o tres tonos de pulsos al mismo tiempo, por ejemplo podemos encontrar un pulso: profundo, vacío y lento. También: superficial, pleno y tenso.
En una sola arteria para cada canal y para cada rama, derecha e izquierda, obtenemos datos de mucha fiabilidad en el diagnóstico. El tratamiento siempre será más fiable que si practicamos el pulso radial, así conseguimos reducir el número de puntos a tratar y también, el número de sesiones.
El alumno que practica desde el inicio de un curso “ la toma de pulsos”, al finalizarlo consigue tener unas herramientas muy valiosas para :
- Reconocimiento
- Diagnóstico
- Y tratamiento.
No solo, para los canales primarios, si no también para los secundarios, especialmente para los Distintos y Tendino-musculares, ya que en ellos es particularmente importante los datos que nos aporta la toma de los pulsos, para su tratamiento.
Una vez tengamos anotada toda la pulsología obtenida, sin prisas, iremos a confeccionar el tratamiento para poder equilibrar al paciente, en las funciones que se hayan encontrado implicadas. Esto desde mi punto de vista es lo más importante. Además prestaremos especial atención por lo que acude el paciente a consulta. Hay que tener en cuenta que al tratar el “todo”, también tratamos las partes. En un problema de hipertensión debido a un desequilibrio del canal del riñón, que afecte por control a la función cardíaca, si tratamos la causa, desaparecerá el síntoma, la hipertensión, con más rapidez.
Puede encontrar más información sobre pulsología distal en el articulo «Pulsología (1/2)«.
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