Al acercar un objeto y dejarlo en el lugar que pretendemos, advertimos una sensación de descanso al no tener necesidad de realizar esfuerzo. Si tenemos que recoger en otro momento ese mismo objeto, advertiremos que realizamos, en ese instante, idéntico esfuerzo al que hicimos al dejarlo.
Los movimientos realizados con brazos y con piernas, van siempre relacionados con esfuerzo y sin esfuerzo.
Cuando quiero coger con las manos un objeto separado de mí, el movimiento de alejar el brazo es sin esfuerzo, una vez cogido, tal como voy acercándolo va aumentando el esfuerzo, al dejarlo cerca de mí, es cunado más esfuerzo se realiza.
Cuando cojo un objeto cerca de mi y quiero alejarlo, el movimiento se realiza cada vez con aumento del esfuerzo. Al dejarlo en el lugar deseado, es cuando más esfuerzo se hace. El movimiento de acercar el brazo se realiza sin esfuerzo.
Tanto los movimientos de alejar y acercar el objeto, con esfuerzo y sin esfuerzo, cuando el movimiento se encuentra en el medio de su recorrido, la fuerza que estamos realizando en ese instante, es igual de intensa en los músculos situados en la parte interna que externa de los bazos. El nivel de esfuerzo en los canales yin y yang de brazo son idénticos.
Los movimientos de alejar y acercar las piernas, cumplen estas mismas reglas. No obstantes son menos apreciables que en los brazos, al tener menos capacidad de movimiento las articulaciones de: pie, tobillo, rodilla y cadera que mano, muñeca, codo y hombro.
La deducción de lo expuesto, nos lleva a concretar, mejor aún la regla del yin y del yang. Cuando alejar termina, yang, comienza el yin,acercar. Cuando acercar termina, yin, comienza el yang, alejar.
Nunca se puede estar alejando yang permanentemente.
Nunca se puede estar acercando yin permanentemente.